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Los jóvenes somos el futuro, una frase del cliché repetida hasta el agotamiento de su fundamento, sin construcción, cual olvida o desconoce que la existencia del futuro depende del presente, del cual, todos somos partícipes, indistintamente de nuestra categoría social como jóvenes, adultos o ancianos. Para lograr el objetivo de construir un futuro próspero a nivel global debemos atender nuestro presente, y dar las herramientas a la juventud para para alcanzar nuevas metas, que construyan un nuevo horizonte por él cual trabajar, uno diferente, mejor, enfocando la mirada hacia el desarrollo sin desconocer las bases y la historia, pilares fundamentales para crear los cimientos de la construcción de un mundo más humano y justo, por sobre todo, basado en la equidad.
Cada pilar, atiende a una necesidad humana en particular, y la suma de ellos, a un futuro que promete continuarse. Es así como el primero de los pilares es el cuidado del medio ambiente, basados en un plan de prosperidad que se constituya con nuestras leyes de conservación y preservación de las especies y los recursos naturales para satisfacer las necesidades de nuestra generación y las siguientes. En la actualidad los estudios universitarios y las normativas que atañen a este punto de gran importancia son menores, y no se condicen con las prácticas, que todavía en el siglo XXI continúan bajo premisas de contaminación, falta de capacidad en materia de reciclaje y sin alcanzar las metas internacionales para reducir el cambio climático. Esto no se debe a la falta de capacidad humana, sino a la voluntad suprimida que encontramos en jóvenes y adultos frente a sus capacidades profesionales, originado en Universidades que no alcanzan el ciento por ciento de su capacidad y títulos que no en todos los casos merecen orgullo.
Esto se naturaliza desde la falta de equidad social y el desentendimiento de los valores humanos y del trabajo por fuera de los aspectos que un grupo considera, y abriéndonos a entender lo que la sociedad requiere, para alcanzar así metas en conjunto. En muchos países un título es esencial para trabajar donde este no es necesario, obligando a quien busca otros desafíos, como los oficios, a la universidad, y a los universitarios a una reducción de nivel, para que las Instituciones alcancen los cupos de aprobación. Esto se traduce en un formato de discriminación global, donde cada una de las partes sufre el mismo trato. Así mismo, la distribución de los recursos que permitan a la sociedad satisfacer sus necesidades culturales, alimentarias, de vestimenta y vivienda, de protección y de bienestar por fuera de los márgenes de la pobreza económica y estructural, que no atiende a valores humanos y ataca inexorablemente otro pilar fundamental, la educación, cuyo avance y miramiento hacia la mejora en la formación cultural, tecnológica y científica es la puerta a una juventud que podrá encontrar el lugar donde proyectar sus deseos, anhelos, habilidades, sus capacidades naturales y adquiridas, en beneficio mutuo con la sociedad y una economía estable basada en la apasionante evolución de la individualidad y grupalidad de cada joven que se inserta en la sociedad que hemos armado.
Alcanzar el reconocimiento y la autorrealización nos eleva a los niveles más altos en la jerarquización de las necesidades humanas según Maslow, donde la moralidad, creatividad, se erigen como los máximos, seguidos de la espontaneidad, la falta de prejuicios, aceptación de los hechos y la resolución de problemas. De esta forma creamos un sistema virtuoso, que se retroalimenta en un espiral ascendente cuyos resultados positivos se visualizan en el avance de la comunidad y en la elevación de la equidad, el pilar central.
Es clara la participación de la sociedad, la educación y la apertura de posibilidades para alcanzar tales objetivos planteados, si no, cuales sean las intenciones sino se traduce en una educación suficiente para el entendimiento de la aceptación de los hechos y la capacidad de resolver problemas, basados en la moralidad, la creatividad y la necesidad de espontaneidad, no existiría posibilidad de poner en práctica la estructura descrita.
La equidad resulta fundamental y necesaria para impulsar la divulgación de ideas del hombre social, adquiriendo la capacidad que permite encontrar soluciones y avocarse al progreso. Si consideramos la tierra, las semillas crecen y brindan la opción de tomar su fruto o realizar las acciones necesarias para que esos formen parte del avance de la humanidad, y así evitar la caída irrefutable en un precipicio. Las nuevas ideas y su aplicación son necesarias, así lo son también las acciones que debemos tomar para acceder a ellas.
La idea es que a través de la equidad se pueda revertir la actual cultura prohibitiva que excluye a quienes no cumplen los estándares impuestos, y así dar lugar a una cultura inclusiva, en donde cada uno elige desde qué rol quiere actuar en la sociedad.
La sensibilidad debe acompañarnos para salvarnos de volvernos monstruos autofágicos de nuestro propio seno y del planeta que habitamos (así como al resto de los seres vivos en él). La equidad se debe entender mediante la sensibilidad de comprender y ver en las necesidades de cada grupo humano, utópico quizá, pero siguiendo acuerdos fundamentales, basados en los derechos, las leyes y la aplicación del conocimiento, las virtudes y la inteligencia podemos llevarlo a cabo.
El pasado es infaliblemente nuestra historia, rica en enseñanzas, errores y supuestos que no debemos olvidar, pues forma parte de nuestro presente. Las políticas antiguas, escuelas económicas e ideológicas, son parte de lo que en algún momento fue la estructura que fungió como pilar para crear un nuevo sistema que navegase hacia la evolución, la cual funda un término ambiguo ya que no sabemos realmente qué es evolucionar.
Un mundo más prospero va a estar ligado estrechamente a la sensibilidad humana. Llamar “prosperidad” aquello que no contemple dicha sensibilidad seria prueba del progreso hacia la destrucción humana. Partiendo del intelecto y de la aceptación de ello, se desprenden virtudes que se deben sembrar a nivel individual y grupal, como la humildad, la compasión y el entendimiento mutuo entre personas; es así como los pilares serán vislumbrados y se alcanzará la construcción de técnicas, producción y protección de cada uno de los cimientos hacia una sociedad global más equitativa, donde hallemos finalmente el significado del término evolución, desde una perspectiva humana y social.
Luca Massimiliano Rocca
Vicepresidente Fundacional
Fundación Universitaria Publio Virgilio Marone
FESMRC Argentina