Fundación de Estudios Superiores Multidisciplinarios en Regulación y Ciencias (FESMRC.org) Departamento de Asuntos Regulatorios Dirección Científica MRC Group Es hora de preguntarnos si estamos en presencia de la nueva cada de la energía nuclear, dejando de lado el Uranio tal como lo conocemos, el Uranio de las grandes catástrofes nucleares y por sobre todo el uranio que no sabemos aún como Fusionar y produce un aumento importante del llamado "desecho nuclear". El Torio, en su forma isotópica Th232 es sumamente más abundante que el uranio y su nivel de descomposición es mucho más lento, su óxido, la Torianita (Una sal mineral color negro) posee un punto de Fusión de 3350° Celsius, es inerte y no se oxida, lo cual ofrece ventajas medioambientales sumamente importantes en nuestros tiempos. El Torio presenta una mejor conductividad térmica respecto del uranio y es un elemento más simple de extraer, volviéndolo óptimo para los usos como combustible generador de energía, en este caso, por fundición de sales, al poseer un punto de fusión más alto, libera un mayor cuerpo de calor y la fisión es menor, por lo tanto, los desechos resultantes de ella también lo son, sin embargo, debido a que el Torio no es fisionable en si mismo, se debe utilizar uranio 233 para poder introducirlo en los reactores convencionales, por lo tanto, aún el antiguo fantasma nuclear que nos abre los ojos ante una explosión o síndrome de china, a las aguas pesadas y radioactivas, no desaparece, pero se mitiga. En la actualidad las ventajas del Torio frente al Uranio son obvias, quizá no absolutamente ecológicas ni proximales al futuro verde que estamos esperando, pero si un paso agigantado en materia de riesgos a futuro, la abundancia, la baja oxidación y alto punto de fusión, el ciclo de vida de los materiales tóxicos asociados al torio, así como su extracción, son más simples, cortos y menor contaminantes que los asociados para el Uranio, lo cual se traduce en una mejora en la seguridad nuclear y eficiencia en la demanda energética que cada vez es mayor y requiere un uso menor de agua y de espacios de exclusión. Ciertamente no estamos preparados ciento por ciento para las energías limpias, las fuentes aún son arcaicas y la capacidad de generar energía para abastecer la demanda es limitada, en el futuro los molinos eólicos y paneles solares actuales serán motivo de museos y no de uso, indistintamente de las ventajas que actualmente pueden producir, no tienen capacidad de reemplazar la energía nuclear o hidroeléctrica, las cuales, aun así, poseen limitaciones como el requerimiento de agua para poder funcionar, la misma para ser utilizada como vapor o refrigerante. El Torio, y los reactores de sales fundidas, utilizan un tanque refrigerado y esta se mueve cíclicamente mientras que la sal caliente alimenta el sistema. Al no trabajar con agua, las zonas alejadas a los ríos y mares, así como las áreas desérticas arenosas podrán hacer uso de esta clase de reactores y la ecología vinculada al tratamiento de las aguas pesadas y residuales de los viejos reactores verá un importante beneficio, será una de las primeras industrias en dejar de requerir su uso a gran escala, más considerando, que las aguas que se vuelven radioactivas, no pueden luego liberarse sino que mantendrán durante lago tiempo esa radioactividad. Si consideramos el ejemplo de Fukushima, actualmente disponen de 300.000 toneladas de agua radioactiva acumulada y solo 400 toneladas han sido devueltas a la naturaleza luego de ser tratadas para eliminar la radiación que las plantas nucleares convencionales dejan. En la actualidad, hacia el 2030 y 2050, así como las propuestas de Cambio Climático hacia el 2100 no se ajustan claramente a los modelos funcionales de la energía, eólica, solar, hidráulica, geotermal, son principalmente verdes, sin embargo, no tan bastas como la proveniente de la fisión, que, si bien estamos hablando de una mejora de la máquina de vapor, ya que este continúa siendo la fuente principal de generación de energía en estos casos, vale destacar la gran diferencia entre el vapor solar, el vapor de leña y la historia desde el momento en que la radiación inició. Ciertamente la seguridad de las plantas y su efectividad no puede cuestionarse, empero, los pocos accidentes han sido trágicos con el medio ambiente y han reducido la disponibilidad de agua, campos de cultivo, alimento, espacios de habitabilidad, no solo por unos años, sino por cientos de años y miles quizá si consideramos eventos como los pasados en Chernobyl. La promesa del Torio no se puede descartar en cuanto a reducción del combustible nuclear y la seguridad de las sales fundidas. La ralentización de la oxidación del uranio, así como la mayor cantidad del mismo deviniente de su menor requerimiento, son puntos de partida a un mundo más eco-amigable y a mayor seguridad vinculada a esta energía falsamente llamada ilimitada, sin embargo, es una contrapartida a la propuesta mundial de eliminar las energías basadas en radiación, minería y elementos nucleares. Cada país con reserva de Torio ha dispuesto tiempos de minería para la introducción de este en sus reactores nucleares, los cuales son en general compatibles, como el caso de los de agua pesada o PHWR, refrigerados por gas de alta temperatura o HTR, de ebullición ligera de agua o BWR, reactores de agua a presión o pWR, reactores rápidos de neutrones o FNR, de sal fundida o MSR asi como los ADS o reactores accionados por acelerador. Cada uno de estos generará residuos de torio fisionado por unos 200 años, que es lo que su radioactividad durará, una ventaja frente a los 10.000 basados en el uranio, con cuatro veces la reserva de torio sobre la de uranio y obviamente un menor coste del kWh debido a que no se requiere un enriquecimiento (similar a los viejos reactores de grafito que no utilizaban uranio enriquecido). Una vez más, las energías verdes positivas parecen alejarse de los ideales gubernamentales y del objetivo de un planeta más verde y seguro. La seguridad del Torio asociada a su incapacidad de disolución con el agua y de evaporación, implica que puede almacenarse en el mismo sitio donde ha sido utilizado sin necesidad de movilizar o disponer del elemento ya utilizado en la planta nuclear, aún así, a diferencia de lo solar y eólico, seguimos hablando de residuos nucleares altamente radioactivos y cancerígenos con capacidad altamente conocida de generar efectos pulmonares, pancreáticos, cáncer en general y alteraciones en el ADN. Miles de años de energía, doscientos años por cada tambor de residuos, continuidad en los procesos de minería. Volvamos a pensar en las energías básicas y la capacidad de obtención de las mismas. Hoy no tenemos una solución, sino un tubo de ensayo diluido, en un primer tiempo esto es un gran éxito, así lo fueron las plantas nucleares que hoy nos causan un dolor de cabeza, las energías verdes deben orientarse y permanecer siendo verdes, las energías no nucleares, no radioactivas, serán las que realmente brindarán una solución a nuestro planeta y su futuro. Juan Enrique D' Angelo Alumno Investigador. Fundación de Estudios Superiores Multidisciplinarios en Regulación y Ciencias Carrera de Gestión de Asuntos Regulatorios y Calidad Departamento de Asuntos Regulatorios Dirección de Prensa